lunes, 11 de mayo de 2015

Vuelta y vuelta: cómo tostarse (de forma sana)



Como cada año, en primavera nos encanta planear escapadas, salir a tomar algo, dar paseos…Que nos gusta el solecito en la cara, vamos. Y es que todas ansiamos coger un poco de color y dejar atrás ese poco favorecedor color blanquecino.

Foto cortesía de Clarins


Sin embargo, debemos tener cuidado porque disfrutar del astro rey puede pasarnos factura. La Asociación Española Contra el Cáncer advierte que el rápido aumento del melanoma en países desarrollados desde los años 50 está relacionado directamente con la exposición solar por motivos estéticos y de ocio. La buena noticia es que se ha avanzado mucho y cada vez estamos más concienciadas sobre la importancia de proteger nuestra piel al exponernos al sol.

Y es que no solo pensamos en el modelito para la terraza sino que solemos preocuparnos también por el protector solar. ¿Cómo sabemos cuál escoger?  Existen varios factores que hay que tener en cuenta: tipo de piel (blanca, sensible, oscura, muy oscura),  la hora de la exposición –siendo las mejores las primeras de la mañana y las últimas de la tarde-  y nuestra ubicación (cada 300 metros que ascendemos sobre el nivel del mar, la atmósfera pierde un 5% de su capacidad de filtro).

Otra pieza clave es el número del SPF. Es lo que más destaca en cada bote pero lo cierto es que no todas conocen su verdadero significado. “Este número indica el aumento del tiempo que la piel tiene sin quemarse. Por ejemplo, un SPF 15 aumenta en 15 veces el tiempo de exposición solar que la piel ‘natural’ tendría sin quemarse”, me explican desde la Unidad de Medicina Estética de Clínica Armonía (c/Velázquez, 46. Madrid).

¡Mucho cuidado con abusar! Tomar el sol es como el running, hay que iniciarse poco a poco. El primer día debemos exponernos un máximo de 15 minutos e ir aumentando en 10 minutos cada día, evitando las horas del mediodía. Si seguimos esta pauta, a los 10 días el cuerpo ya podrá soportar el sol dos horas máximo.


Foto cortesía de Clarins


¿Con cuánta frecuencia hay que echarse la crema? Los expertos de la Clínica Armonía aconsejan cada 2-3 horas y más aún en escote, mamas, cuero cabelludo, hombros y rostro porque son las zonas con la dermis más fina. No obstante, la frecuencia también está condicionada por el número de baños, el roce con toallas y la alta sudoración porque eliminan parte del filtro, lo que causa que haya que aplicar la crema más a menudo.


Es muy amplia la oferta de productos que nos ayudan a tomar el sol sin riesgo y son muchas las fórmulas disponibles, pero lo mejor es optar por la textura que sea la más adecuada para cada una de nosotras porque un producto que se adapte a nuestra piel se aplica más fácilmente, se absorbe mejor y, por lo tanto, es más eficaz. La Clínica Armonía señala que la piel seca necesita texturas hidratantes en crema, las grasas y mixtas funcionan mejor con un gel y los sprays son funcionan muy bien en los hombres con vello.

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